Ciberbullying, el acoso que puede aumentar en cuarentena
- UE "Yahuarcocha"
- 20 may 2020
- 2 Min. de lectura

El ciberbullying es el uso de medios digitales para molestar o acosar a una persona mediante ataques personales, divulgación de información confidencial o falsa y es durante la cuarentena que este tipo de acoso aumenta.
Debido a que muchos niños, niñas y jóvenes están pasando mucho tiempo ante las pantallas por las clases en línea, en busca de entretenimiento y para mantener contacto con sus amigos a través de las aplicaciones, lo cual conlleva al riesgo de ser acosados.
Efectos del ciberbullying
El ciberbullying puede afectar a su hijo en diferentes ámbitos de su vida:
En la personalidad: se muestra especialmente inquieto o nervioso cuando recibe un mensaje de texto (whatsapp, SMS, chat) o un email.
En las relaciones con terceros: se comporta de manera temerosa con sus amigos.
En el uso de las TIC: se siente enfadado o frustrado después de utilizar el ordenador, la tablet o el celular. Otras veces, puede dejar de usar las TIC de forma brusca e inesperada.
En la familia: ya no se producen discusiones familiares por el uso que hace del ordenador. Se muestra tímido en casa.
Síntomas
Lesiones inexplicables.
Pérdida o rotura de ropa, libros, dispositivos electrónicos o joyas.
Dolores de cabeza o estómago frecuentes, sensación de malestar o simulación de enfermedad.
Cambios en los hábitos alimentarios, como saltarse comidas.
Dificultad para dormir, pesadillas frecuentes.
Baja en las notas, pérdida de interés en el trabajo escolar.
Pérdida repentina de amigos o deseo de evitar situaciones sociales.
Sentimientos de impotencia o disminución de la autoestima.
Comportamiento autodestructivo como escaparse del hogar, infringirse heridas o hablar de suicidio.
¿Qué hacer, cómo debemos actuar?
Los niños no suelen pedir ayuda, ya que suelen sentir vergüenza y miedo. Por ello padres y profesores deben ser agentes activos en parar la situación.
Se debe hablar con el niño, decirle que el acoso es un problema pero que tiene solución y que no hay que temer. El lenguaje usado debe ser cariñoso y lleno de seguridad para transmitir al niño la certeza de que todo va a acabar.
Se debe poner en conocimiento de profesores y autoridades escolares el problema para actuar cuanto antes. Los padres deben mostrarse colaborativos y solícitos.
Y sobre todo, ¡el hogar debe ser el refugio del niño! Como padres estar alertas a cualquier señal que ponga en riesgo la seguridad de nuestros hijos.

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