Estrés en la niñez
- UE "Yahuarcocha"
- 1 jun 2020
- 3 Min. de lectura
El estrés infantil es un conjunto de reacciones a nivel biológico y psicológico, las cuales se producen ante ciertas situaciones que le generan malestar al niño, el cual no sabe cómo controlarlo.

El estrés en la niñez se puede presentar en cualquier situación que requiera que un niño se adapte o cambie. Puede ser provocado por cambios positivos, como comenzar una nueva actividad, pero está vinculado con más frecuencia con cambios negativos, como una enfermedad o una muerte en la familia. Usted puede ayudar al niño aprendiendo a reconocer las señales de estrés y enseñándole maneras saludables para manejarlo.
Los niños aprenden a responder al estrés a medida que crecen y se desarrollan. Muchas situaciones estresantes que para un adulto son manejables causan estrés en un niño. Como resultado, incluso los cambios pequeños pueden tener un impacto en los sentimientos de seguridad y confianza del niño.
El dolor, las lesiones, las enfermedades y otros cambios son fuentes de estrés para los niños. Las causas de estrés pueden incluir:
Preocupación por las tareas escolares o por las notas
Manejo de las responsabilidades como la escuela, las tareas o los deportes
Problemas con los amigos, el acoso escolar o las presiones de los compañeros
Cambio de escuela, mudanza, lidiar con problemas de vivienda o no tener dónde vivir
Tener pensamientos negativos de ellos mismos
Cambios corporales, tanto en los varones como en las niñas
Divorcio o separación de los padres
Crisis financiera en el hogar
Vivir en un vecindario o en un hogar inseguro
SIGNOS DE ESTRÉS NO RESUELTO EN LOS NIÑOS Es posible que los niños no se den cuenta de que están estresados. Si los síntomas empeoran o se presentan nuevos síntomas, los padres pueden sospechar de un aumento en el nivel de estrés del niño.
Los síntomas físicos incluyen:
Disminución del apetito y otros cambios en los hábitos alimentarios
Dolor de cabeza
Empezar a mojar la cama o hacerlo frecuentemente
Pesadillas
Alteraciones en el sueño
Molestia estomacal o dolor de estómago
Otros síntomas físicos sin ninguna enfermedad física
Los síntomas emocionales o de comportamiento pueden incluir:
Ansiedad o preocupaciones
Incapacidad de relajarse
Miedos nuevos o recurrentes (miedo a la oscuridad, a estar solo o a los extraños)
Aferrarse al adulto, no querer perderlo de vista
Rabia o llanto
Incapacidad para controlar sus emociones
Comportamiento agresivo o terco
Regresión a comportamientos típicos de etapas anteriores
Renuencia a participar en actividades familiares o escolares
CÓMO PUEDEN AYUDAR LOS PADRES Los padres pueden ayudar a sus hijos a responder ante el estrés de forma saludable. A continuación se presentan algunos consejos:
Bríndele al niño un hogar sano, seguro y confiable.
La rutina en el hogar puede ser reconfortante. Tener una cena o una noche de cine en familia puede ayudar a prevenir o aliviar el estrés.
Dar siempre un buen ejemplo. El niño lo observará como un modelo de comportamiento saludable. Haga lo posible por mantener su propio estrés bajo control y manéjelo siempre de forma saludable.
Sea selectivo con los programas de televisión, libros y juegos que los niños observan, leen y juegan. Los noticieros y los programas o juegos violentos pueden producir miedos y ansiedad.
Mantenga al niño informado de cambios anticipados como los cambios en el trabajo o mudanzas.
Dedíquele tiempo de esparcimiento tranquilo a sus niños.
Aprenda a escuchar. Escuche al niño sin criticarlo ni tratar de resolver el problema de inmediato. En cambio, trabaje con su niño tratando de comprender y resolver lo que lo está molestando.
Fortalezca los sentimientos de autoestima del niño. Utilice la estimulación y el afecto. Utilice recompensas en lugar de castigo. Trate de involucrarlo en situaciones en las que pueda tener éxito.
Dele oportunidades de hacer elecciones y de tener algún control sobre su vida. Cuanto más siente el niño que tiene control sobre una situación, mejor será su respuesta al estrés.
Estimule la actividad física.
Reconozca los signos de estrés no resuelto en el niño.
Busque ayuda o asesoría profesional, cuando los signos de estrés no disminuyan ni desaparezcan normalmente.
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